Investigadores de la Universidad de Alicante (UA) han desarrollado un sensor colorimétrico, es decir, que cambia de color, para indicar si un alimento fresco está en buen estado para su consumo. El dispositivo está hecho a partir de desechos alimentarios de naranja sanguina y de remolacha.
Desarrollan un biosensor capaz de indicar si un alimento fresco está en buen estado para su consumo