Reinventar la innovación: el reto pendiente de España

La mayoría de estudios para evaluar la innovación de las empresas se centran en la tecnología. Sin embargo, el análisis de los datos de casi 9.000 empresas españolas permite concluir no sólo que la innovación en organización y marketing es clave para detonar la innovación tecnológica, sino que todas ellas forman parte de un sistema integrado donde las personas cualificadas juegan un papel esencial para combinar los distintos tipos de innovación.

Nadie pone en duda la relevancia de la innovación. Por ello, las grandes instituciones  y empresas la han convertido en una prioridad estratégica.  Sin embargo, España representa un caso extremo de la denominada “paradoja europea”: su capacidad para transformar conocimiento en innovación que genere valor es limitada frente a la de otros países.

¿Por qué ocurre esto? ¿Es una maldición o simplemente estamos haciendo algo mal? Hemos analizado los datos de 8.871 empresas españolas del Panel de Innovación Tecnológica (PITEC) entre 2009 y 2016 y extraído algunas lecciones que podrían ayudarnos a acabar con esta paradoja, rompiendo la identificación casi automática entre innovación y tecnología y devolviendo el protagonismo a las personas.

Qué entendemos por innovar (y por qué eso importa)

La mayoría de los estudios se centran en las innovaciones tecnológicas —de producto y proceso—, ignorando el valor de las organizativas y de marketing.  Quizá porque es más fácil medir sus insumos y resultados o por el peso creciente de la digitalización y la industrialización para todo tipo de empresas. Esta visión se refleja también en políticas e indicadores que siguen privilegiando la innovación tecnológica y, consecuentemente, una preferencia por actuar en esa dirección. 

Sin embargo, los resultados de nuestro trabajo muestran el impacto directo de la innovación tecnológica, su efecto sobre la de marketing y la relevancia de la innovación organizativa en el desempeño económico. Además, evidencian que las innovaciones en marketing y organización actúan como detonantes de la innovación tecnológica y que todas ellas forman un sistema integrado y no procesos discretos o aislados. 

Empresas y responsables públicos deben reconocer que la innovación no opera de forma aislada y que las sinergias entre sus distintas tipologías, junto con el contexto organizativo, influyen de manera decisiva en los resultados. 

La importancia de las personas en toda la organización

Nuestra investigación también muestra que las empresas con más capital humano cualificado logran un mejor desempeño económico y mayores niveles de innovación. Esto cobra más importancia en empresas con niveles bajos o moderados de innovación organizativa y tecnológica, algo frecuente en un país de pymes como España.

Es urgente invertir en personal formado y diverso que combine distintas habilidades y conocimientos para optimizar los resultados derivados de los distintos tipos de innovación. También resulta esencial desarrollar capacidades complementarias que ayuden a diversificar su base de conocimiento o a romper trayectorias de aprendizaje consolidadas. Para lograrlo, hay que ir más allá de las concepciones tradicionales de capital humano, centradas en los conocimientos técnicos, y valorar competencias como la capacidad de crear redes, colaborar o mantener relaciones interpersonales efectivas. La gestión del conocimiento es clave en toda la organización y más allá de sus fronteras.

En cuanto a la administración pública, el porcentaje del PIB en España correspondiente al gasto en educación se ha mantenido por debajo de la media de la UE durante las dos últimas décadas. Políticas que refuercen la educación y otras competencias aumentarían la capacidad de innovación de las empresas y su contribución a la economía. El fortalecimiento de los ecosistemas de innovación a través de nuevos mecanismos que logren, por fin, la colaboración entre universidades, centros de investigación y empresas, también permitiría combinar mejor los distintos tipos de innovación.

En definitiva, reinventar la innovación en España exige cambiar el enfoque: pasar de la obsesión por la tecnología a un modelo donde el talento y la colaboración generen verdadero valor. Es necesario innovar con propósito, con personas y con visión de país. Porque no hay maldiciones, solo el reto de entender que la verdadera innovación se construye aprendiendo, compartiendo conocimiento y colaborando.

Este trabajo ha sido financiado por el «Plan Nacional de Investigación Científica y Técnica e Innovación 2024-2027» del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, con referencia PID2024-162887NB-100, y por las «Ayudas a grupos emergentes de investigación GE 2024» de la Generalitat Valenciana CIGE 2024/84.


Referencia:

Beatriz Forés, José María Fernández-Yáñez, Olga Broto, Andreas Kallmuenzer. Igniting Technological and Non-Technological Innovation for Economic Performance: Enhancing Results by Investing in Human Capital, Strategic Change. https://doi.org/10.1002/jsc.70011


Autoría del artículo divulgativo:

Beatriz Forés, Olga Broto, José Fernández-Yáñez
Departamento de Administración de Empresas y Marketing
Universitat Jaume I


Fuente: Scientias

Artículo bajo licencia Creative Commons – Atribución (CC BY 4.0). Este artículo puede ser reproducido íntegramente siempre y cuando vaya firmado por los autores y se acredite SCIENTIAS como fuente, incluyendo el enlace a nuestra página.