Un estudio revela que la depresión y el Párkinson comparten una causa molecular: el ‘estrés’ de las fábricas de proteínas en las neuronas. Este fallo en la «proteostasis» altera el equilibrio de moléculas clave para la salud sináptica, como el BDNF y las sinucleínas, abriendo una nueva vía para futuros tratamientos comunes que alivien el sufrimiento de millones de pacientes. Este hallazgo redefine nuestra comprensión de ambas enfermedades, tradicionalmente consideradas entidades separadas.
El desequilibrio proteico: la vía común que conecta depresión y Párkinson