El neuroblastoma es un tipo de cáncer infantil que afecta principalmente a niños menores de cinco años. Su origen es todavía desconocido. Un estudio realizado en el Departamento de Patología de la Universidad de Valencia y publicado en Pediatric Blood & Cancer ha detectado una posible relación entre los eventos estresantes sucedidos durante el embarazo, las alteraciones congénitas y el riesgo de desarrollo de esta enfermedad.
El neuroblastoma es uno de los cánceres más comunes en la infancia, representando el 7% de todos los tumores infantiles. La mayoría de los casos se diagnostican antes de los 5 años. Se origina a partir de las células del sistema nervioso simpático, derivadas de la cresta neural durante la formación del embrión. Los neuroblastomas suelen aparecer en la médula suprarrenal, aunque pueden localizarse a lo largo de toda la cadena simpática. Su comportamiento puede variar desde tumores de bajo riesgo que desaparecen espontáneamente, hasta formas agresivas con mal pronóstico. Aunque los avances en la medicina han mejorado su pronóstico, las causas que lo originan todavía no se conocen.
Un estudio multicéntrico liderado en el Departamento de Patología de la Universidad de Valencia ha analizado la influencia de diferentes factores que suceden durante el embarazo y durante los primeros meses de vida del niño, así como su relación con el desarrollo de neuroblastoma. El estudio incluyó información de los embarazos de 56 madres de la Comunidad Valenciana, Cataluña y las Islas Baleares, cuyos hijos habían sido diagnosticados de neuroblastoma, así como de los embarazos de 49 de sus hermanos, utilizados como grupo control.
El estrés durante el embarazo y el riesgo de neuroblastoma
El estudio ha relevado que los eventos estresantes percibidos por las madres durante el embarazo están significativamente asociados con un mayor riesgo de neuroblastoma en sus hijos. Entre estos eventos se incluyen fallecimiento o diagnóstico de cáncer de un familiar cercano, enfermedades maternas graves o problemas laborales importantes durante la gestación, entre otros. El 57% de las madres informaron haber vivido un evento estresante durante el embarazo de niños con neuroblastoma, en comparación con el 23% de los embarazos de sus hijos sin la enfermedad.
Otro hallazgo importante es la alta prevalencia de patologías congénitas entre los niños diagnosticados con neuroblastoma, como hidrocele, hernias inguinales o pelviectasias, comparado con sus hermanos. Esto podría estar relacionado con alteraciones en la migración de las células durante el desarrollo fetal.
El estudio no ha encontrado asociaciones significativas entre el neuroblastoma y otros factores como la ganancia de peso materna durante el embarazo, el consumo de tabaco o alcohol, edad gestacional del niño o alimentación con lactancia materna.
Por todo ello, se sugiere que el estrés materno y el desarrollo de alteraciones congénitas podrían estar relacionados con un desequilibrio en el acoplamiento mitonuclear, un proceso crítico durante el desarrollo embrionario. Esto podría afectar a la regulación de la apoptosis (muerte celular programada), lo que a su vez podría predisponer al desarrollo de tumores como el neuroblastoma. Además, se ha propuesto que el estrés crónico podría modificar el microbioma materno, influyendo sobre el sistema inmunológico del feto.
Apoyo a las mujeres durante el embarazo
Todo esto subraya la importancia de brindar apoyo a las mujeres durante el embarazo, ofreciéndoles respaldo emocional y minimizando aquello que pueda generar estrés, ya que puede tener impacto en la salud del niño a corto y largo plazo.
También es importante el seguimiento estrecho de aquellos niños con defectos congénitos o cuyas madres experimentaron altos niveles de estrés durante el embarazo. Por último, es necesario profundizar en los mecanismos biológicos que vinculan el estrés materno y las alteraciones congénitas con el neuroblastoma, así como explorar posibles intervenciones preventivas.
En conclusión, este estudio resalta cómo las experiencias y condiciones de la madre durante el embarazo y los primeros meses de vida del niño pueden influir en el riesgo de desarrollar neuroblastoma. Aunque se requiere más investigación, estos hallazgos subrayan la necesidad de un enfoque integral en el cuidado prenatal y durante los primeros meses de vida, que incluya apoyo psicológico y atención a la salud mental de las futuras madres, así como un seguimiento adecuado a aquellos niños que presentan alteraciones congénitas al nacer.
Referencia:
Benavent N, Cañete A, Moreno L, Gros L, Verdú-Amorós J, Salinas JA, Navarro S, Álvaro T, Carbonell-Asins JA, Noguera R. Risk of developing neuroblastoma influenced by maternal stressful life events during pregnancy and congenital pathologies. Pediatr Blood Cancer. 2025 Feb;72(2):e31402. Epub 2024 Dec 2. PMID: 39618320. DOI: 10.1002/pbc.31402
Autores del artículo divulgativo:
Nuria Benavent Garcia
Departamento de Patología
Universidad de Valencia
Rosa Noguera (Universidad de Valencia, INCLIVA Biomedical Research Institute, Centro de investigación biomédica en red de cáncer (CIBERONC)), Adela Cañete (Hospital Universitari i Politècnic La Fe), Lucas Moreno (Hospital Universitario Vall d’Hebron), Luis Gros (Hospital Universitario Vall d’Hebron), Jaime Verdú-Amorós (Hospital Clínico Universitario de Valencia), Jose Antonio Salinas (Hospital Universitario Son Espases), Samuel Navarro (Universidad de Valencia, INCLIVA Biomedical Research Institute, Centro de investigación biomédica en red de cáncer (CIBERONC)), Tomas Álvaro (Centro de investigación biomédica en red de cáncer (CIBERONC), Hospital de Tortosa Verge de la Cinta, Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV)),Juan Antonio Carbonell-Asins (INCLIVA Biomedical Research Institute)
Fuente: Scientias
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