Un protocolo innovador diseñado por un equipo de enfermeras investigadoras reduce el sedentarismo en personas con diabetes tipo 2, un hábito creciente y cada vez más preocupante. El programa combina educación, motivación y seguimiento personalizado, con el objetivo de mejorar la salud y la calidad de vida de los participantes, ofreciendo una estrategia práctica que se puede aplicar directamente desde la enfermería.
El sedentarismo se ha consolidado como uno de los grandes desafíos de la salud pública. Se define como cualquier comportamiento que implique estar sentado, reclinado o acostado, con un gasto de energía muy bajo durante las horas de vigilia. Este comportamiento representa un riesgo para la salud por sí mismo, lo que significa que, aunque una persona cumpla con las recomendaciones de ejercicio, pasar la mayor parte del día sentada o sin moverse lo suficiente sigue siendo perjudicial.
Por ello, para lograr un estilo de vida verdaderamente saludable, no basta con hacer ejercicio físico: también es necesario reducir el tiempo dedicado a actividades sedentarias.
La diabetes tipo 2, especialmente vulnerable al sedentarismo
El impacto del sedentarismo es especialmente preocupante en personas con diabetes tipo 2. A nivel mundial, más de la mitad de las personas con esta enfermedad pasan un promedio de diez horas diarias sedentarias, siendo mayor la prevalencia en mujeres que en hombres. En España alrededor del 40 % de los adultos con diabetes llevan un estilo de vida sedentario, lo que dificulta controlar la glucosa y aumenta la probabilidad de complicaciones.
Una intervención impulsada desde enfermería para promover un cambio real
Para hacer frente a esta realidad, un grupo de investigadoras del ámbito de la enfermería hemos diseñado un nuevo protocolo que ha sido publicado en la revista PLos One. Se trata de una intervención innovadora que desarrollará personal de enfermería, lo que facilitará su implementación en el sistema de salud.
Durante un año, las personas que participen activamente en el programa asistirán a dos reuniones grupales presenciales para aprender a disminuir los comportamientos sedentarios y motivarse, recibirán seguimiento telefónico individualizado para resolver dudas y reforzar hábitos, y contarán con una visita presencial. Para comprobar la efectividad de la intervención, otro grupo de participantes recibirá información sobre hábitos de vida saludables por correo electrónico, lo que permitirá comparar los resultados.
Con el fin de comprobar si el programa funciona y conocer cuánto tiempo pasan sentadas las personas participantes, se recogerán datos sobre la actividad diaria. También se evaluará el estado de salud, incluyendo mediciones de glucosa, peso, tensión arterial, calidad del sueño y otros indicadores clínicos. Esto permitirá comprobar cómo cambian los hábitos y cómo mejora el bienestar de los participantes a lo largo de la intervención.
Más movimiento, mejor salud
Pequeñas acciones, como levantarse cada hora para caminar unos minutos, usar las escaleras en lugar del ascensor o realizar pausas activas en el trabajo, pueden tener un impacto importante si se mantienen de forma constante. Se espera que estos cambios mejoren el control de la glucosa, disminuyan el riesgo de complicaciones y potencien la calidad de vida de los participantes.
Participación abierta
El programa, abierto a la participación de aquellas personas diagnosticadas de diabetes tipo 2, no sólo ayudará a mejorar su salud, sino que también contribuirá a generar conocimiento científico en un ámbito clave para la salud pública.
Referencia:
Sainz-Prado R, Sainz-Prado A, Andrade-Gómez E, Rodríguez-Roca B. Quasi-experimental controlled study protocol to reduce sedentary lifestyle in patients with type 2 diabetes. PLoS One. 2025 Sep 16;20(9):e0330393. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0330393. PMID: 40956797; PMCID: PMC12440174.
Autoras del artículo divulgativo:
Raquel Sainz Prado
Unidad Predepartamental de Enfermería
Universidad de La Rioja
Unidad de Oncología del Hospital San Pedro
Servicio Riojano de Salud
Elena Andrade Gómez
Unidad Predepartamental de Enfermería
Universidad de La Rioja
Beatriz Rodríguez Roca
Departamento de Fisiatría y Enfermería
Facultad de Ciencias de la Salud
Universidad de Zaragoza
Andrea Sainz Prado
Departamento de Neurociencia
Universidad del País Vasco

Fuente: Scientias
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