Un estudio internacional liderado por la Universidad de las Illes Balears alerta de los peligros para la integridad académica y la transparencia que causa el uso creciente de herramientas de inteligencia artificial generativa en la redacción de textos científicos.
La inteligencia artificial está transformando muchos aspectos de nuestra vida, y el mundo académico no es una excepción. Un estudio reciente, liderado por el doctor Rubén Comas, catedrático del Departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación de la Universidad de las Illes Balears, analiza cómo las herramientas de inteligencia artificial generativa están modelando una pieza clave de la comunicación científica: los títulos de los artículos académicos.
El estudio, que se ha publicado en la revista científica Learned Publishing, se ha centrado en el uso de 15 verbos de acción en los títulos de artículos indexados en la base de datos SCOPUS, y ofrece datos reveladores que plantean preguntas importantes sobre la creatividad, la autenticidad y el futuro de la escritura académica.
La navegación: nueva pasión de la comunidad científica
El estudio constata un aumento espectacular en la frecuencia de verbos como como navegar, mejorar y desvelar en los títulos académicos publicados recientemente. Estas palabras han registrado tasas de crecimiento anuales que superan el 200% en algunos casos, lo que rompe con tendencias históricas. Este cambio apunta al uso creciente de la inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, para ayudar a los investigadores a formular títulos que sean más atractivos e impactantes (con características y fórmulas parecidas al clickbait de los artículos periodísticos).
Los autores del estudio aseguran que, si bien esta tendencia podría ser beneficiosa en términos de claridad y accesibilidad —especialmente para investigadores noveles o no angloparlantes—, también plantea preocupaciones sobre la pérdida de diversidad estilística y originalidad en los títulos académicos. Los títulos, que tradicionalmente reflejaban la voz única de cada investigador, pueden acabar homogeneizándose bajo patrones repetitivos dictados por algoritmos.
Un dilema de autenticidad e integridad académica
Otra cuestión clave es la integridad del proceso académico. El uso de inteligencia artificial generativa puede ayudar a mejorar los textos, pero existe una línea fina entre utilizar estas herramientas como apoyo y depender de ellas en exceso. Esta situación puede diluir la singularidad de las aportaciones científicas y dar lugar a preocupaciones sobre la originalidad de la investigación.
Un problema añadido es la falta de transparencia. Si los investigadores e investigadoras no declaran explícitamente que han utilizado inteligencia artificial para redactar títulos u otras partes de sus trabajos, pueden generarse malentendidos sobre el grado de contribución humana en la escritura académica. Esto plantea preguntas éticas de gran relevancia, especialmente en un momento en que la credibilidad de la investigación está en el punto de mira.
Implicaciones para la comunicación científica
«Los títulos no son solo un detalle estético: son la puerta de entrada a la ciencia, el primer contacto de los lectores con un trabajo académico. Si el uso de inteligencia artificial altera esta pieza clave, las implicaciones pueden ser significativas», asegura el doctor Rubén Comas.
«Por un lado, las herramientas de inteligencia artificial pueden democratizar el acceso a una escritura académica más refinada, reduciendo las barreras lingüísticas y estilísticas. Pero, por otro lado, pueden favorecer ciertos patrones lingüísticos, dejando de lado formas alternativas de expresión científica», añade.
Los resultados de este estudio subrayan la necesidad urgente de establecer estándares claros sobre el uso de la inteligencia artificial generativa en la escritura académica. La transparencia debería ser un pilar fundamental de estos estándares, garantizando que los lectores y revisores entiendan qué papel han jugado los sistemas generativos basados en inteligencia artificial en cada trabajo. Asimismo, los editores y las editoriales deberían desarrollar marcos rigurosos para detectar y gestionar la influencia de estas herramientas tecnológicas.
«El uso de la inteligencia artificial generativa en la escritura académica es un arma de doble filo. Aunque ofrece oportunidades para innovar y hacer más inclusiva la investigación, también plantea desafíos que requieren una reflexión cuidadosa. En última instancia, será necesario un diálogo abierto y constructivo para asegurar que esta tecnología no solo facilite que la ciencia avance, sino que lo haga respetando su integridad y diversidad», concluye Comas.
El estudio se ha realizado en el marco del proyecto de investigación «La integridad académica en la formación inicial del profesorado» (PID2022-141031NB-I00), financiado por MICIU/AEI /10.13039/501100011033/ y por FEDER «Una manera de hacer Europa».
Referencia:
Comas-Forgas, R., Koulouris, A. and Kouis, D. (2024). ‘AI-navigating’ or ‘AI-sinking’? An analysis of verbs in research articles titles suspicious of containing AI-generated/assisted content. Learned Publishing e1647. https://doi.org/10.1002/leap.1647
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