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La alta fantasía española: entre dragones, mundos secundarios y Laura Gallego

El investigador de la Universidad de Oviedo Daniel Lumbreras Martínez analiza el surgimiento de un canon literario de alta fantasía en España, centrándose en la obra de la escritora Laura Gallego. Utilizando la teoría de los polisistemas, examina cómo la interacción entre instituciones culturales, mercado editorial y lectores redefine la relevancia del género. Para Lumbreras, la alta fantasía, históricamente marginada, gana reconocimiento dinámico gracias al impacto cultural y comercial de autores como Gallego, impulsando estudios críticos y pedagógicos.

En el corazón de la literatura contemporánea lucha por destacar la alta fantasía. Conocida por sus mundos secundarios, llenos de dragones, magia y conflictos épicos, esta narrativa ha dejado de ser solo entretenimiento para ocupar un lugar destacado en las estanterías de lectores y en los análisis académicos. En España, la figura de Laura Gallego se erige como la gran embajadora del género, impulsando su aceptación cultural e institucional.

Históricamente, la fantasía ha ocupado un lugar marginal en el canon literario español. El realismo y la mímesis, promovidos por una tradición crítica influida por eruditos como Menéndez Pidal, relegaron al género fantástico a un segundo plano. Esta situación contrasta con la realidad anglosajona, donde autores como J. R. R. Tolkien o Ursula K. Le Guin sentaron las bases de la alta fantasía como género literario.

En España, el panorama comenzó a cambiar a partir de los años 2000, cuando sagas como Memorias de Idhún de Laura Gallego alcanzaron un éxito masivo. Estas historias, ambientadas en mundos complejos con sus propias reglas, atrajeron a lectores jóvenes y adultos por igual, demostrando que la alta fantasía podía unir lo comercial y lo literario.

El concepto de canon literario siempre ha sido controvertido. Mientras algunos defienden que solo las obras con mérito estético excepcional merecen ser consideradas clásicas, otros abogan por ampliar este repertorio para incluir voces y géneros tradicionalmente excluidos. La alta fantasía en España se encuentra en un punto de tensión entre estas dos perspectivas.

Laura Gallego es un ejemplo perfecto de cómo la periferia puede empujar hacia el centro. Aunque su obra ha sido comercialmente exitosa, su inclusión en los manuales escolares y en las historias literarias ha sido limitada. Sin embargo, su influencia en la generación de lectores y creadores es innegable, y poco a poco comienza a aparecer en antologías y estudios críticos.

El poder de los nuevos prescriptores

La irrupción de internet y las redes sociales ha transformado el panorama literario. Plataformas como YouTube y Goodreads han democratizado el acceso a la crítica literaria, permitiendo que booktubers e influencers literarios tengan un impacto significativo en las decisiones de los lectores.

En este contexto, la obra de Gallego también ha trascendido el formato literario. La adaptación de Memorias de Idhún en Netflix como el primer anime español es un ejemplo de cómo la alta fantasía está permeando otras industrias culturales, desde el audiovisual hasta los videojuegos y los cómics.

El éxito de Laura Gallego ha allanado el camino para otros autores españoles de alta fantasía. Escritores como Aranzazu Serrano Lorenzo (Neimhaim) y Pedro Urvi (El enigma de los ilenios) están ampliando el horizonte del género, explorando temáticas que van desde el ecofeminismo hasta la mitología propia de la Península Ibérica.

Además, el género ha encontrado un terreno fértil en la literatura juvenil, donde los lectores jóvenes demandan historias que combinen fantasía y reflexión sobre temas contemporáneos. Este fenómeno ha generado un círculo virtuoso: a medida que más lectores se interesan por la alta fantasía, aumenta la oferta editorial y la presencia del género en los circuitos culturales.

La alta fantasía española, liderada por figuras como Laura Gallego, está en camino de consolidarse como un género con identidad propia dentro de la literatura nacional. Su creciente aceptación por parte del mercado, las instituciones educativas y las redes sociales apunta hacia una canonización dinámica que refleja los cambios culturales de nuestra época.

En un mundo donde lo imaginario es cada vez más necesario para comprender nuestra realidad, la alta fantasía española no solo ofrece escapismo, sino también un espejo para explorar nuestras propias historias y aspiraciones. Tal vez sea este el verdadero poder de los mundos secundarios: recordarnos que la magia, al final, siempre está más cerca de lo que pensamos.

Referencia:

Lumbreras Martínez, Daniel (2024). La alta fantasía española como exogénero canónico: público, consumo y aceptabilidad institucional (el caso de Laura Gallego). Pasavento. Revista De Estudios Hispánicos, 12(1), 163–184. https://doi.org/10.37536/preh.2024.12.1.1997

Autor del artículo divulgativo:

Daniel Lumbreras Martínez
Universidad de Oviedo

Fuente: Scientias

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